Habanos Partagas No. 4
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Información sobre el vendedor
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Características principales
Marca | Habanos |
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Modelo | Partagas |
Descripción
Originario de la renombrada región de Vuelta Abajo, el Partagas Serie D #4, de forma Robusto, ofrece una experiencia única con su longitud corta y calibre 50. Su exterior de tono marrón clásico y suaves matices revelan una fortaleza media a plena, con el distintivo sabor a madera como protagonista.
Vitola Galera: Robustos
Tamaño: 12.4 cm
Formas: Parejo
Cepo: 50
Línea Series
Unidades Por Caja: 25 unidades
El cigarro Partagas Série D N° 4 es el módulo Robusto de la famosa marca Partagas. Es probablemente el puro cubano más fumado del mundo, junto con el Montecristo N°4.
En la cata, Partagas Série D N° 4 tiene un comienzo fulgurante con aromas de cedro y pimienta que se mezclan de forma brillante. La potencia está presente desde el primer tercio.
Este cigarro mide 124 mm de largo y 19,84 mm de diámetro, y tardará entre 45 y 60 minutos en fumarse.
El Partagas Série D N° 4 está disponible en una gama de opciones de embalaje, incluyendo cajas de 10 o 25 puros, y estuches de 3 puros en tubos de aluminio. En esta serie Partagas D, también puede probar la Série D N° 5 y la Série D N° 6, que son los hermanos pequeños del Partagas Série D N° 4, pero a los que no les falta carácter.
Partagas, la fábrica de puros más antigua de Cuba, fue fundada en 1845 por Don Jaime Partagas Ravelo cuando abandonó España rumbo a La Habana. Como propietario de varias fincas de tabaco en Vuelta Abajo, región reconocida como el "grand cru" mundial del tabaco, Don Jaime disponía de la mejor materia prima para producir excelentes puros. Sus puros pronto tuvieron tanto éxito que muchos aristócratas de todas las nacionalidades se convirtieron en sus fieles clientes, hasta el punto de que la fábrica estuvo a punto de ser rebautizada como "Real Fábrica".
Bajo el impulso vanguardista de su fundador, Partagas fue la primera fábrica en experimentar con diferentes técnicas de fermentación y también la primera en utilizar los servicios de un "lector", haciendo menos monótono el trabajo de los torcedores y, sobre todo, contribuyendo a la cultura y educación de sus empleados. Tras la muerte de Don Jaime Partagas Ravelo, la fábrica sufrió varios cambios de propietarios, hasta que en 1940 pasó a manos de la familia Cifuentes. Tras la revolución cubana y la marcha de sus propietarios en 1961, Partagas siguió siendo una de las fábricas más importantes junto con Montecristo y Romeo y Julieta, representando casi 25% de la producción cubana.